Historia de la filosofía
La Escuela de Atenas, obra de Rafael Sanzio
La historia de la filosofía es el estudio de todas la ideas y sistemas de pensamiento racional creados desde la época en que el modo de explicar los fenómenos de la naturaleza comenzó a prescindir de los mitos para apoyarse sobre todo en la razón. Este gran paso de la mitología a la verdad comprobada se le conoce como "paso del mito al logos".
La época del inicio de la filosofía en Grecia, se caracteriza por profundas transformaciones económicas y sociales que llevaron a una crisis de la nobleza y, finalmente, a nuevas formas de gobierno como la tiranía o la democracia. El "paso del mito al logos" es coetáneo con estos cambios.La filosofía griega puede ser dividida entre aquellos filósofos que buscaban una explicación del mundo en términos físicos y quienes subrayaban la importancia de las formas inmateriales o ideas. La primera escuela importante de la filosofía griega, la jonia o milesia, era en gran parte materialista. Fundada por Tales de Mileto en el siglo VI a.C., partió de la creencia de Tales según la cual el agua es la sustancia primigenia de la que procede toda materia. Anaximandro ofreció una idea más elaborada y mantuvo que la base de toda materia es una sustancia eterna que se transforma en todas las formas materiales conocidas comúnmente. Esas formas, a su vez, cambian y se funden en otras de acuerdo con la regla de la justicia, es decir, una especie de equilibrio y proporción. Heráclito consideraba que el fuego es la fuente primordial de la materia, pero creía que el mundo entero está en constante cambio o flujo y que la mayoría de los objetos y sustancias se producen por la unión de principios opuestos. Consideraba el alma, por ejemplo, como una mezcla de fuego y agua. El concepto de nous (inteligencia), sustancia infinita e inmutable que penetra y controla cada objeto viviente, fue desarrollado por Anaxágoras, que también pensaba que la materia consistía en partículas en una escala infinitesimal pequeña, o átomos. Compendió la filosofía de la escuela jonia al proponer un principio no físico director, junto a una base materialista de la existencia La historia de la Filosofía despliega ante nosotros la sucesión de los espíritus nobles, la galería de los héroes de la razón pensante, que, sostenidos por la fuerza de esta razón, han sabido penetrar en la esencia de las cosas, de la Naturaleza y del espíritu, en la esencia de Dios, y que han ido acumulando con su esfuerzo, para nosotros, el más grande de los tesoros: el del conocimiento racional.”
La mera acumulación de datos no basta para historiar este proceso. Es necesario captar la dinámica interna de su evolución, que no es sino la progresiva autodeterminación de la idea. “La historia sólo es, a primera vista, una sucesión de acaecimientos fortuitos en la que cada hecho ocupa un lugar aislado y para sí, sin que haya entre ellos otro nexo de unión que el tiempo. Pero esta concepción no puede satisfacernos […] Los hechos históricos sólo tienen un relieve, una significación, cuando se los pone en relación con un algo general y a través de su entronque con ello; tener ante los ojos este algo general es, por tanto, comprender la significación de los hechos en la historia.” Al estudiar la historia de la Filosofía no hemos de tratar a cada autor, a cada escuela, y a cada época, en forma aislada, porque la verdad de la Filosofía se encuentra en el proceso que todos esos momentos constituyen y dentro del cual adquieren pleno sentido. Cada momento, tomado en forma aislada, se torna deficiente, equivocado, caprichoso; pero “la historia de la Filosofía, considerada en su conjunto, es un proceso necesario y consecuente, racional de suyo y determinado a priori por su idea”. Y, dentro de este proceso histórico de conquista de la autoconciencia, “[…] las diversas partes cobran sentido y valor esencial sólo por su relación con el todo Filosofía no es una sumatoria de sistemas particulares surgidos del esfuerzo y la inspiración de hombres más o menos geniales. “Los acontecimientos y los actos de esta historia no son de aquellos en los que imprimen su sello y dejan su contenido, fundamentalmente, la personalidad y el carácter individual (como ocurre en la historia política […]); lejos de ello, aquí las creaciones son tanto mejores cuanto menos imputables son, por sus méritos o su responsabilidad, al individuo, cuanto más corresponden al pensamiento libre, al carácter general del hombre como tal, cuanto más se ve tras ellas, como sujeto creador, al pensamiento mismo, que no es patrimonio exclusivo de nadie.” El protagonista de esta historia, su sujeto, es el propio pensamiento.
Este proceso va de lo más universal, abstracto e indeterminado, a lo más diferenciado, hacia lo más rico en determinaciones. Y la ley que rige este proceso es la dialéctica, por lo que el proceso no es de acumulación lineal sino de diferenciación, de ruptura de la unidad y de superación de la escisión en una nueva síntesis integradora de los momentos precedentes. Todos los filósofos y todas las escuelas filosóficas tienen un lugar en esta historia y, por lo tanto, no cabe considerar a alguna como verdadera y a las demás como erróneas. Lo correcto es verlas a todas como momentos del único proceso de la Idea en su camino hacia el logro de la autoconciencia.
Dentro de este proceso, el idealismo alemán, y en especial la propia filosofía hegeliana, realizan la síntesis última, llevan la Filosofía a su forma más acabada, al descubrir al Absoluto como autoconciencia infinita y reconciliar el pensamiento con la realidad.
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